El Obelisco cumple ochenta años

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El ícono porteño por excelencia fue inaugurado el 23 de mayo de 1936. Este auténtico símbolo de la identidad ciudadana, fue creado para conmemorar el cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires. Se trata de una estructura de hormigón de 67,5 metros de altura, 206 escalones y 8 descansos, desde una escalera de hierro del suelo a la cima. Se estima que llegar a la cúpula, puede demorar alrededor de unos cuarenta y cinco minutos.

Fue diseñado y construído por el arquitecto Alberto Prebisch. La obra que  llevó 31 días en ser levantada,  fue llevada a cabo por la empresa alemana Geope-Siemens Bauunion Grun Bilfinger.

En estas ocho décadas fue intervenido en varias oportunidades, también fue agredido por el vandalismo urbano. Participó de campañas de salud pública, alguna vez se comvirtió en arbolito de navidad y hasta se le colocó un aro giratorio con la leyenda “el silencio es salud”.

Desde la Dirección de Patrimonio e Instituto Histórico Porteño, se señala que al comienzo fue rechazado al punto de querer demolerlo. “Con el correr de los años, se transformó en el monumento que mejor expresa el espíritu de todos los porteños” señaló Horacio Spinetto, Coordinador del Área.

Cuenta con un equipo de mantenimiento y unos domos con cámaras de seguridad instalados por la Policía Metropolitana.

El lunes festejaremos su Cumple con carteles que cubrirán sus cuatro caras. Durante el mes de junio se realizarán tareas de limpieza e hidrolavado en todos sus laterales, se reforzarán revoques y posteriormente, se le aplicarán varias manos de pintura.

Una muy buena medida para compatriotas y turistas, impulsada desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, encabezado por Eduardo Macchiavelli.