Cada vez son más los porteños que eligen las comidas saludables por encimas de la alimentación chatarra por cuestiones de salud más que estéticas. Un vuelco favorable hacia lo sano y negativo para las casas de comidas rápidas.
La antigua imagen del porteño mal alimentado está cambiando. La rutina laboral, los horarios de almuerzos rápidos etc., lograron que por generaciones los porteños se acostumbraran a una alimentación rápida y poco saludable.
Hoy la conciencia parecería haber cambiado. Cada vez son más los porteños que exigen ensaladas, frutas y milanesas de soja.
Las antiguas milanesas tradicionales de peseto son cada vez más reemplazadas por las milanesas de sojas y las hamburguesas por los sándwich de atún y palmitos.
Proliferan los restaurant veganos y las herboristerías.
La mentalidad cientificista del porteño se abrió a una mirada más naturalista, que acepta a la naturaleza como posible medicina al cuerpo.
Eduardo Rapoport, uno de los ecólogos más prestigiosos del país, insto a los porteños a seguir por éste camino y a conocer más la flora utilitaria para evadir los químicos y alimentos procesados en la cocina.
Rapoport descubrió una gran cantidad de especies vegetales comestibles o malezas no utilizadas en la gastronomía y las trasmitió.
Asegún el ecólogo existen una gran variedad de alimentos no aprovechados por los argentinos que podrían solucionar una gran cantidad de problemas de saluda “Desconocemos la información nutricional y por eso no aprovechamos los alimentos que debemos”, manifestó.
Actualmente el científico lleva delante una investigación denominada “buenezas”, que consta de una serie de hierbas comestibles capaces de modificar el organismo enfermo y aportarle el doble de nutrientes que los alimentos que actualmente consumimos.
Existen en Argentina más de 16.000 plantas comestibles que poco a poco comienzan a ser aprovechadas en lo gastronómicos.
La cuestión del gusto es una cuestión social impuesta. La concientización de la importancia de la alimentación en la salud corporal es cada vez más profunda.
Según los estudiosos investigadores, el 25 % de la flora argentina es comestible.
Las opciones son variadas y no terminan en las que nos venden en las verdulerías. Las especies de frutas y vegetales es muy abarcativa.
La Ciudad de Buenos Aires es una de las Ciudades que mayor ciencia está tomando al respecto. Restaurant veganos, la inclusión de los vegetarianos en los bufet de moda y los talleres de charlas respecto a la alimentación van en aumento.
