Un año sin la Richmond: abrazo de los trabajadores

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A un año las persianas siguen bajas.

El martes 28 de agosto, legisladores y ex trabajadores del histórico lugar se concentrarán en reclamo por el cierre de la confitería. También pidieron a la Justicia que habilite a inversores interesados y al ministro de Cultura porteño que tome una postura en favor del lugar. Ya pasó más de un año. Las persianas bajas suman una suerte de nostalgia y de incertidumbre. n año después de que se cerrara la tradicional Confitería Richmond, el martes 28 (de 12 a 149 legisladores acompañarán a ex empleados en un nuevo abrazo y reclamarán, entre otros puntos, que la Justicia habilite a inversores interesados en recuperar este patrimonio histórico y cultural de la Ciudad. Asimismo, se pidió que el Ministerio de Cultura que intervenga “en favor de la preservación de este sitio” y que “se reabra este símbolo de la cultura porteña”. En 2011, la confitería cerró porque sus dueños argumentaron que “la actividad era deficitaria”. Al tiempo, comenzó la liquidación del negocio, y luego llegaron los despidos del personal, que al momento del cierre estaba integrado por casi cuarenta empleados. En concordancia con la Ley 2.548, el sitio formaba parte de un listado de 600 edificios con protección cultural. También había sido declarado “bar notable” y, por si fuera poco, y en medio del conflicto la Legislatura porteña había declarado al lugar sitio histórico. En junio, un juez hizo lugar a una acción de amparo de la Diputada porteña María José Lubertino (Frente para la Victoria) y determinó que “no se podrá tomar ninguna medida de enajenación, transferencia, modificación o destrucción del edificio sin la autorización expresa y fundada” del Ministerio de Cultura porteño. En tanto, el titular de la cartera educativa local, Hernán Lombardi, había declarado en diálogo con el diario Clarín: “Estamos buscamos una solución, de modo que se respete lo patrimonial y que a la vez sea un negocio sustentable”. Mientras tanto, legisladores, trabajadores de la Richmond continúan con reclamos por el cierre de esta fuente laboral y emblema de la porteñidad.