Vacaciones de vos mismo…¿posible?

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Las vacaciones no son solamente la distención en los días cotidianos sino también la liberación de las responsabilidades diarias desde la mente. Este factor no siempre lo conseguimos y creemos estar de vacaciones cuando en realidad lo que hacemos es seguir en el mismo lugar de nuestros problemas.

Las vacaciones son una de las épocas más especiales del año. Buscamos refugio en algún lugar distendido donde podamos olvidarnos de los quehaceres diarios.

Tomarnos una pausa para recomenzar el año con la cabeza oxigenada es el objetivo principal.

Esta pausa suele ser muy sana para nuestro interior. Da la posibilidad de ver las cosas desde un análisis diferente sin la saturación de los conceptos estancados. También nos permite detenernos para ver los logros y analizar nuevos caminos para nuestros proyectos. Es allí donde nace el agradecimiento y la reflexión por lo conseguido.

El lugar es lo de menos y depende más del gusto que del tipo de relajación que brinde. Algunos prefieren el mar, otros la montaña, otros estar cerca y otros muy lejos.

Todas las opciones son validas si se cumple el principio fundamental: la relajación.

La palabra vacaciones proviene del latín vacatio y significa descaso de la actividad habitual. Se trata de una época necesaria en la vida de todos los seres humanos para descansar la mente y el cuerpo.

Las personas que estudian o trabajan sin importar la cantidad de horas que se dediquen a la actividad habitual deben tomarse un descanso.

El momento ideal lo constituyen los meses de enero y febrero porque además las personas buscan un espacio para refrigerarse huyendo del cemento caliente de la Gran Ciudad.

Si bien los feriados largos durante el año ayudaron en esta cuestión lo cierto es que éste año no parece que corramos la misma suerte.

Lo ideal es buscar un lugar sin importar lo lejano o cercano que se encuentre que nos aporte la sensación de tranquilidad que buscamos.

Es el tiempo ideal para relajar la cabeza e los problemas, liberar al cuerpo de las tensiones de cumplir horarios y dedicar el afecto a la familia.

Sin embargo hay personas que suelen tomarse sus vacaciones pero se llevan en la maleta los inconvenientes mentales. Estas para nada constituyen unas vacaciones.

Las vacaciones están asociadas al ocio, el descanso, el turismo (para quienes pueden) y permitirían reducir el estrés; y digo “permitirían” en tiempo de verbo potencial porque para muchos las vacaciones son esa instancia estresante que una vez más pone a prueba los vínculos.

Por último, ¿qué grado de placer se podrá experimentar si para algunas parejas ese tiempo únicamente será propicio para que se amplifiquen las peleas y las discusiones mantenidas durante todo el año?

Allí se plantea el verdadero inconveniente para muchas familias para las que las vacaciones son más bien un martirio que un verdadero relax.

Tal es así que los psicólogos aconsejan en estos casos vacaciones individuales para poder volver renovados verdaderamente y evitar conflictos. En el caso que esto se dificulte lo ideal es conversar con la pareja o familia y si es necesario buscar apoyo profesional para enfrentar la cuestión.