Como para ir tomando medidas.
Desde hace aproximadamente diez años vemos como cada día se pintan ventanillas y vagones de trenes y subtes. También frentes de edificios públicos y privados, hasta en el cementerio hay pintadas. Basta recorrer el barrio de Chacarita para ver ese espectáculo digno de una pesadilla, por semejante impacto visual…pero es una realidad…
Siempre es bienvenida la creatividad, si existiera en estas acciones arte, pero en los ámbitos adecuados, preparados ó solicitados para la exposición de obras. Hoy en día existen numerosos centros culturales, actividades de los municipios, eleboración de murales participativos junto a los vecinos de los diversos barrios de nuestra Ciudad, etc. La multiplicación de estas pintadas, en numerosos casos con la utilización de productos que tienen su costo, es a simple vista, un indicador de falta de convivencia. Resulta llamativo observar que cuando los pintores de la llamada “brocha gorda” acaban de finalizar con su tarea para renovar el frente de una vivienda particular, a menos de 24 hs, ese frente quedará desfigurado por el uso de aerosoles y así sucesivamente…
Como para ir tomando medidas, tal vez más efectivas, la Legislatura Porteña dispuso la modificación del Código Contravencional, de manera que quienes ensucien estatuas, monumentos, templos, escuelas, hospitales, lugares públicos y privados, estaciones de tren, subtes y sus respectivos vagones, podrán ser sancionados hasta con 30 días de trabajos comunitarios.Las multas se duplicaron y van de $400 a $6000. También serán sancionados los que dañen un monumento para robar, por ejemplo,una placa de bronce.
Los legisladores entienden que ” atentar, romper, destruír ó colocar inscripciones sobre monumentos ó edificios públicos es atentar contra el patrimonio de todos los argentinos y su historia como Nación.
Por mes la Ciudad gasta $5.000.000 en reparar los daños del vandalismo. La limpieza de cada vagón de subte puede costar hasta $40.000.
Es de esperar que paulatinamente, la convivencia, pueda ser una realidad en nuestra sociedad. De cada uno de nosotros depende.