“Aproximadamente un 3 por ciento de la población tiene psoriasis, un porcentaje que se mantiene estable aunque en épocas de crisis se produce un aumento de la consulta, porque uno de los factores que desencadena los brotes es el estrés emocional”, aseguró a Télam Daniel Lagodín, dermatólogo a cargo de la sección Psoriasis de la división Dermatología del Hospital de Clínicas.
“Pero el estrés no es la causa”, aclaró el especialista tras añadir que la psoriasis tiene “muchas causas desencadenantes como determinadas infecciones, ciertos medicamentos o traumatismos de la piel”.
Se trata de una enfermedad que puede aparecer en cualquier edad, género y condición social y que tiene una base genética, por eso se manifiesta “si hay predisposición; no todo aquel que tiene los genes va a desencadenar la enfermedad”, aclaró Lagodín.
“Si bien puede manifestarse en cualquier etapa de la vida, la prevalencia es entre los 20 y 40 años”, señaló.
En este marco, destacó que lo importante es que “haya un abordaje multidisciplinario” en el que interviene no sólo el dermatólogo, sino que “muchas veces puede ser necesaria la participación del reumatólogo, el clínico, el nutricionista o el diabetólogo; además pedimos análisis de laboratorio, y es muy importante en estos pacientes la terapia psicológica para mejorar la parte emocional”.
“La psoriasis es más que una enfermedad de la piel, porque afecta a otros órganos: puede comprometer el tejido hepático, el sistema cardiovascular, la parte articular, alterar metabólicamente y hasta puede afectar el tejido pulmonar”, expresó Lagodín.
Precisó que “no todos los casos son iguales, depende de la persona, el sexo, la localización de las lesiones, el dolor, el impacto psicoemocional”, por eso “cada persona con psoriasis merece un enfoque particular y único”, enfatizó.
La psoriasis no es contagiosa, es una afección crónica y autoinmune, que se identifica fácilmente porque se caracteriza por lesiones rojas en la piel, cubiertas de escamas blanquecinas que caen con facilidad; y las zonas más comprometidas son los codos, las rodillas, el cuero cabelludo y la región sacra, pero puede afectar otras partes zona del cuerpo.
Los médicos advierten que como no se puede prevenir, la clave es el diagnóstico temprano y la consulta con el especialista ante los primeros síntomas o dudas, y en cuanto a los tratamientos, de acuerdo al caso, se puede optar por medicamentos locales, como cremas o fototerapia, o sistémicos, como inyecciones o comprimidos.
En este sentido, Lagodín precisó que “los tratamientos van a depender de la severidad de la enfermedad, que la medimos según la extensión en la piel; si la persona tiene menos del 10 por ciento de la piel afectada es leve y requiere tratamientos con cremas o con fototerapia”.
“Y si tiene más del 10 por ciento se llama psoriasis severa y requiere otra terapéutica o bien medicamentos por boca o inyectable”, agregó.
Con respecto a la atención en los casos leves, dijo que hay mucha gente que no se trata porque no le afecta emocionalmente y no le pasa nada, “pero es bueno que consulte ya que puede haber comorbilidades, por ejemplo hipertensión arterial, diabetes, obesidad, aumento de los lípidos en sangre, problemas cardiovasculares, y esto puede estar asociado a un paciente con psoriasis”.
En este sentido, remarcó que “un paciente con psoriasis tiene mas probabilidad de tener todo esto, por eso tiene que consultar”. A su vez, señaló que esta enfermedad empeora con le tabaquismo y el alcoholismo.
El especialista del Clínicas precisó que “hay avances muy importantes en las investigaciones, por eso hay nuevos medicamentos que se llaman farmacobiológicos que son inyectables”, y recordó que en el Hospital de Clínicas se aborda esta enfermedad en forma multidisciplinaria porque se puede derivar a la especialidad que se requiera.