Buenos Aires celebra la reapertura del Teatro San Martín, gran faro cultural

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Buenos Aires es la capital teatral de América Latina. El espectador puede elegir cada semana entre centenares de obras, desde clásicas a vanguardistas o musicales. Hay pequeñas salas distribuidas por toda la ciudad, pero el corazón de la escena porteña es la avenida Corrientes. Allí se celebró anoche una gran fiesta popular por la reapertura del Teatro San Martín, la joya de los teatros públicos del gobierno de Buenos Aires, después de permanecer cerrado por obras durante 18 meses y funcionar a medio gas desde hace cinco años. Unos 300 actores, bailarines y títeres gigantes pasaron por la plataforma levantada frente a la fachada del edificio, ante los ojos de miles de espectadores que desafiaron el frío viento de esa noche para ver el espectáculo.

El San Martín fue diseñado en la década de los 50 con la aspiración de ser “el teatro más importante de América Latina”. Más de medio siglo después, está considerado como uno de los grandes referentes culturales de la ciudad y la programación de los próximos meses da cuenta de la mezcla de tradición e innovación que lo caracteriza. “Es un lugar donde muchas generaciones iniciamos nuestra sensibilidad por la cultura”, dice a EL PAÍS Jorge Telerman, director del Complejo Teatral de Buenos Aires. Telerman define al San Martín como un teatro “de excelencia” y también como “un lugar de encuentro entre distintos actores sociales y públicos”.

Pese a la fiesta de reinauguración, las puertas del teatro permanecieron cerradas al público, que tuvo que contentarse con ver las obras de puesta en valor y renovación tecnológica a través de imágenes proyectadas en la pantalla gigante del escenario. El telón volverá a levantarse el próximo 31 de mayo con La farsa de los ausentes, una adaptación de Pompeyo Audivert, basada en El desierto entra en la ciudad, de Roberto Arlt, que propone “una experiencia teatral superadora del realismo histórico, haciendo estallar su secreto, ampliándolo poéticamente”.

Descenso de público en 2016

Con tres salas teatrales y una cuarta cinematográfica -que reabrirá en un par de meses- el San Martín sumará casi 2.000 butacas a la escena porteña, que comienza a recuperarse tras un crítico 2016, en el que la venta de entradas cayó un 7%, según los datos de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aaedet). El descenso de público se combinó con un aumento de costes derivado del incremento de la luz, el agua y el gas en más del 300% y castigó con especial fuerza a las salas del circuito independiente.

Telerman admitió el golpe sufrido por la escena local el año pasado, pero destacó el rol que juega el teatro público en contextos de crisis. “El teatro público tiene y va a seguir teniendo entradas populares, muy asequibles, así que afortunadamente en la ciudad de Buenos Aires es posible ir al teatro más allá de los avatares económicos”, señaló. Con el San Martín de nuevo en funcionamiento, el gobierno porteño cuenta con cuatro de sus cinco teatros públicos abiertos, junto al de la Ribera, el Regio y el Sarmiento.

En la celebración callejera se hizo un repaso por obras emblemáticas de la historia del teatro y se realizaron exhibiciones de ballet, danza contemporánea, acrobacias y títeres bajo las órdenes de Pichón Baldinu. De una hora de duración, la puesta en escena concluyó con el despliegue de un títere gigante con rostro electrónico manejado por una decena de personas que le llegaban por la rodilla y dos más que lo controlaban desde arriba, subidos a una plataforma móvil sobre su cabeza. Una fiesta a lo grande para el regreso de uno de los faros culturales de la ciudad.

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