Todavía me llama la atención, no sólo por el color, formato, enclavado en alguna esquina porteña como un mirador a través del túnel del tiempo…
Correo electrónico, mensajerías varias, redes sociales…Sin duda lo pasaron por encima…Pero no pudieron atravesar el ritual, para algunos interesante, de escribir a mano una carta, colocarla en un sobre, cerrarlo, agregar los datos de envío y pegar la estampilla. Para luego esperar de la respuesta a través de la visita del Cartero…
A pesar de todo, resistió al olvido…
Entre las décadas del veinte al cuarenta, la Ciudad tenía alrededor de 3000 buzones, actualmente, suman apenas 122…
Un grupo de integrantes del Observatorio de Patrimonio y Políticas Urbanas, junto a vecinos de diferentes barrios, se unieron para llevar adelante la tarea de localizarlos, pintarlos nuevamente con su rojo original, y al mismo tiempo, elaborar un proyecto para que la Legislatura declare al Buzón, Patrimonio Cultural de la Ciudad, sobre la base de la Ley 1227, protectora de todo aquello que defina identidad porteña.