MICRORELATOS

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Realidad

“Era una mañana cálida de septiembre  en la cual los rayos del sol penetraban en la tierra y calentaban todo lo que tocaban llegando a los 35º C. En esa época, la ciudad de Quito era la más calurosa del año. Sienna era estudiante de botánica. Estaba en épocas de exámenes y poco era lo que dormía. Tomaba abundante café mientras subrayaba con resaltador lo más importante del texto. Ella estaba estudiando una especialización en hongos alucinógenos de aquella región de su ciudad. Al día siguiente debía rendir el examen final. Esa noche Sienna cerró los ojos y en vez de dormir, sintió que despertó. Su cuerpo estaba impreso de flores que ocultaban su piel color canela. Al caminar, un dulce olor emanaba de sus cabellos azabaches. Había árboles plantados en su ombligo y aves posaban en sus pestañas. Ella era verde, ella era tierra, ella era vida, ella era  un bosque del Ecuador que soñaba con ser mujer.”