La difícil situación económica de algunas familias llego a la moda. Innovaciones en los modelos y accesorios que marcará la historia moderna de prendas de última generación.
El verano anuncia cambios en la moda que te dejaran sorprendido. Diseños modernos que no solo aligeran la ropa sino las texturas. Lo no Variable, los colores vivos, los tonos clásicos y la liviandad de los jóvenes al llevarlos.
El mundo de la indumentaria, en la Argentina se vio en la necesidad de improvisar luego de la drástica suba del solar en menos de dos semanas.
Lo cierto es que los diseñadores no contaban con una improvisación que pudiera enriquecer el mercado y a la vez lograr abaratar costos.
A la subida del dólar se atan gran parte de los insumos, desde telas hasta cierres (aquí hace mucho que no se fabrica casi nada), y no hay manera de controlar los precios, afectados también por la estampida de alquileres, servicios e impuestos en general.
No cabe duda que la fortaleza de la moda local es haber pasado por varias tormentas sin perder su empuje y su identidad. Un segundo punto a favor, aunque hoy todavía no sirva de consuelo, el regreso de los compradores premium al mercado nacional después de largos años de compras en el exterior.Como para no bajar los brazos, los tres principales eventos de moda de cada temporada, mantuvieron con creces sus estándares de diseño y calidad: BafWeek, Designers Buenos Aires y Argentina Fashion Week. Sin embargo el esfuerzo requiere ir un poco más allá e innovar las prendas clásicas de verano no por moda sino por necesidad.
La primavera y el verano suelen conservar pautas de vestir que se repiten año tras año. Colores, estampados y modelos que nunca pasan de moda y son clásicos de la estación. Este año no será la excepción. Los colores vuelven a repetirse brillantes, vivos y alegres. Sin embargo algunos serán el hito de la temporada tales como los toques fluor; rojos, azules y amarillos shocking y un clásico, el blanco, de pies a cabeza.
Sin embargo algunos estilos comienzan a cambiar después de muchas décadas. Para empezar, el largo de las polleras que baja de las rodillas a una altura que antiguamente se llamó “midi”. Eso no quiere decir que no conviva con minifaldas y vestidos por el suelo. La moda actual es tan libre que cada uno usa lo que mejor le va. Pero aparece como opción, como el pantalón a la cintura y corto o los tops por encima del ombligo. No son para todas, pero son “trendy”.
Trajes, sacos cruzados y vestidos-blazer (una prenda que hace más de 20 años se usó muchísimo) son un opción elegante y novedosa. Los estampados mezclados, rayas arriba y flores abajo, por ejemplo, se imponen sólo para quién se anime a hacer la mezcla sin equivocarse. Los vestidos metalizados se van a ver hasta el cansancio en fiestas y reuniones nocturnas, de aquí hasta fin de año.
El estilo sporty -pantalones con rayas en los costados y zapatillas importantes- será casi obligatorio por cómodo y por fashion.