El consumo de alcohol entre adolescentes se incrementó de manera alarmante en los últimos años. La edad promedio para la iniciación se ubica en los trece años, y afecta a chicas y chicos por igual. Sólo tres de cada diez padres hablan del tema con sus hijos.
Como no es novedad para nadie en Argentina, los fines de semana son las jornadas de mayor consumo. Y también de aumento en los accidentes automovilísticos, actos de vandalismo, peleas, muchas de ellas con consecuencias fatales.
Entre los motivos para explicar el alto nivel de consumo se destacan:
-Falta de control parental.
-Ausencia de límites.
-El fácil acceso a través del delivery, supermercado, etc.
-La bebida alcohólica se encuentra ligada a la “diversión”…al ocio…De acuerdo a un concepto publicitario que lo ha bautizado como un auténtico facilitador de relaciones sociales. El pasaporte para que los jóvenes puedan sentirse “grandes…y desinhibidos”…
La ley número 24.788, establece que los kioscos no pueden vender alcohol y que los menores de 18 años no pueden adquirirlo en almacenes y supermercados…Del dicho al hecho…
Este grave problema atraviesa a los más diversos estamentos de nuestra sociedad, de aquí la particular importancia que adquiere la iniciativa de la Defensoría del Pueblo Porteña que plantea la reducción de 05.5 a 0.0 la tolerancia de alcohol en sangre para conducir en todo el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
De acuerdo con el informe presentado por el Ministerio Público Fiscal en el ámbito de Caba, las autoridades detienen a un conductor en estado de ebriedad cada dos horas.
En lo que va del año, casi la mitad de los casos de alcoholemia positiva se registraron en Belgrano, Palermo y Recoleta.
La propuesta de la Defensoría sumará un nuevo apartado al Código de Tránsito y Transporte Urbano. El alcohol no es compatible con la conducción segura, por considerar que pone en riesgo la vida de los conductores y de terceros.