Más de 13.000 personas exigen al jefe de Gobierno, Jorge Macri, que desista de su propuesta de homogeneizar el diseño de los colectivos porteños. Argumentan que la rica tradición del fileteado manual, reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, debe preservarse como parte del patrimonio cultural de la Ciudad.
En los últimos días, más de 13.000 personas se sumaron a una campaña que exige a Jorge Macri que reconsidere la decisión de implementar un fileteado ploteado en los colectivos de las 31 líneas del transporte público porteño. La iniciativa, que forma parte del Plan de Modernización y Seguridad anunciado por el jefe de Gobierno, busca homogeneizar el diseño de las unidades, eliminando la variedad cromática y artística que ha distinguido a los colectivos de la Ciudad de Buenos Aires durante décadas.
“Como habitantes de esta hermosa ciudad, nuestros colectivos siempre han tenido colores característicos que los diferencian del resto. Esta variedad de colores está ahora amenazada por la propuesta de implementar un fileteado ploteado, sustituyendo los trabajos manuales que siempre han destacado a nuestra ciudad”, expresa la campaña de recolección de firmas lanzada en la plataforma Change.org.
Los firmantes del reclamo solicitan evitar “la estandarización sin sentido” y subrayan que la identidad visual de los colectivos es una parte integral del patrimonio cultural de Buenos Aires, que debe ser preservado. Además, defienden el fileteado porteño como una forma de arte único, que no puede ser replicado por la tecnología digital. “Cada fileteado hecho a mano es una pieza de arte única”, afirman, recordando que esta expresión artística fue reconocida por la Unesco en 2015 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El fileteado porteño es una tradición artística que combina el dibujo y la pintura de una manera singular, con su origen en el término “filete”, derivado del latín “filo”, que hace referencia al arte de adornar con bordes y detalles. Este estilo ha sido una marca distintiva de la Ciudad, especialmente en los colectivos, y sus defensores consideran que el uso de tecnología digital para reemplazar este arte con ploteos digitales perdería la esencia única que caracteriza a la capital argentina.
A su vez, los firmantes de la petición resaltan que la implementación del ploteo afectaría la identidad de los colectivos y, por ende, la de la propia ciudad. Este argumento se sostiene en la idea de que, si bien la modernización del transporte público es necesaria, la preservación de las tradiciones y la identidad cultural también debe ser un pilar fundamental de cualquier cambio.
En contraste, Jorge Macri, al presentar el Plan de Modernización y Seguridad para el transporte porteño, argumentó que la medida tiene como fin mejorar la seguridad, la tecnología y la eficiencia del servicio. “La prioridad es construir un sistema de transporte a la altura de las grandes ciudades del mundo, con servicios de calidad que le den orgullo a los porteños”, expresó Macri al anunciar las reformas.
Entre las medidas dispuestas en el plan, también se incluye la renovación de las unidades de transporte con más de 10 años de antigüedad, lo que implica la renovación de 241 colectivos. Este cambio, según Macri, forma parte de un compromiso asumido tras el traspaso de las líneas de colectivos a la Ciudad, con el objetivo de mejorar el funcionamiento del sistema de transporte público.
Aunque las modificaciones tienen como fin mejorar la seguridad y la eficiencia, los defensores del fileteado porteño insisten en que la identidad visual de los colectivos no debe sacrificarse en aras de la modernización. “El fileteado porteño no es solo un diseño decorativo, es una tradición cultural que pertenece a todos los habitantes de la Ciudad”, concluyen los firmantes de la campaña.
La controversia sigue siendo un tema de debate entre los habitantes de Buenos Aires, quienes se dividen entre la necesidad de modernizar el transporte y la defensa de las tradiciones artísticas que caracterizan a la Ciudad.
