Crisis de inseguridad, desalojos y conflictos vecinales son algunas variantes que sumo el populoso barrio de Boedo en los últimos meses. Ahora se suma una nueva denuncia: la presencia de talleres clandestinos que proliferan sin cesar en la zona. Los detalles.
Boedo, uno de los barrios que figuraban en la lista de los más tranquilos y seguros de la Ciudad no atraviesa un buen momento.
Con una fuerte crisis de inseguridad que movilizó a los vecinos en noviembre pasado y hasta destitución de autoridades de la cúpula de seguridad de la comuna se suman nuevos reclamos respecto a la presencia de talleres clandestinos en la zona.
Parecería que el negocio textil ilegal encontró un nuevo escenario para desarrollarse a las sombras de los procedimientos que regulan las situaciones que atentan contra lo establecido.
Loa talleres clandestinos son una problemática compleja en algunos barrios tales como Flores, Parque Chacabuco o Balvanera. Sin embargo en Boedo no era una problemática hasta entonces.
Desde agosto de 2016 los vecinos comenzaron a notar movimiento extraños en la zona. Los movimientos extraños y la frecuente visita de personas ajenas al barrio despertaron incertidumbre entre los vecinos que hicieron llegar sus denuncias al Jefe de la Comuna y a la seccional policial correspondiente.
Hasta el momento se clausuraron dos talleres en la zona desde lo que va el año.
Según los Inspectores de la Agencia Gubernamental de Control allanaron el lugar debido a denuncias anónimas que se produjeron semanas anteriores.
El primero de los talleres clausurados pertenecía a una persona de nacionalidad coreana. Allí se secuestraron 15 maquinas de coser y mercadería de procedencia dudosa.
El lugar no tenía la habilitación correspondiente otorgada por la Municipalidad y además se encontraba en malas condiciones de seguridad e higiene.
El otro de los locales clausurados se encontraba en Boedo al 1700.En ambos lugares había alrededor de 20 personas trabajando sin protección contra posibles incendios, ni estalaciones adecuadas.
Los vecinos se mostraron muy preocupados ante la proliferación de estos locales textiles clandestinos en la zona.
Desde que comenzaron las sospechas de que en la zona funcionaban talleres clandestinos se comenzó rápidamente una movida de parte de los vecinos por las redes sociales para frenar la problemática antes de su expansión en la zona.
“Es fundamental el compromiso inconmensurable de los vecinos que nos acercan las denuncias puesto que estos lugares no solo explotan a sus trabajadores y ponen en riesgo su vida sino también a las viviendas linderas por no contar con sistemas seguros para prevenir incendios ni otro tipo de siniestros”, destacó el Director Ejecutivo de la AGC, Ricardo Pedace.