Cada 14 de febrero, el mundo se llena de flores, chocolates y cartas de amor en honor al Día de San Valentín. Sin embargo, detrás de esta festividad que celebra el amor y la amistad, existe una historia que se remonta al Imperio Romano y que combina hechos históricos con leyendas transmitidas a lo largo de los siglos.
Según la versión más extendida, la celebración debe su nombre a un sacerdote que desafió las órdenes del emperador Claudio II en el siglo III. En ese entonces, el gobernante romano prohibió los matrimonios entre soldados, convencido de que los hombres solteros eran más eficaces en el campo de batalla. No obstante, Valentín desobedeció el decreto y realizó casamientos en secreto, lo que le costó la vida.
Al descubrir su desobediencia, Claudio II ordenó su arresto y posterior ejecución. La tradición cuenta que antes de morir, Valentín envió una carta a la hija de su carcelero, firmándola con la frase “De tu Valentín”. Este gesto de despedida, ocurrido el 14 de febrero del año 269, se convirtió en el punto de partida de la costumbre de intercambiar mensajes de amor en esta fecha.
En el siglo V, el papa Gelasio I canonizó a Valentín y estableció su día de conmemoración. Sin embargo, la asociación con el amor romántico se consolidó en la Edad Media gracias a la influencia del poeta Geoffrey Chaucer, quien escribió sobre el 14 de febrero como el día en que “las aves escogen a su pareja”. A partir de entonces, en países como Francia e Inglaterra, se popularizó el intercambio de cartas y obsequios.
Con la Revolución Industrial, la festividad adquirió un carácter comercial con la producción masiva de tarjetas y regalos. En la actualidad, el Día de San Valentín se celebra en diversas partes del mundo, aunque con tradiciones particulares en cada país. En Japón, por ejemplo, las mujeres regalan chocolates a los hombres, quienes devuelven el gesto el 14 de marzo, en el conocido “Día Blanco”. En Dinamarca, se envían poemas anónimos llamados gaekkebrev, mientras que en muchos países de América Latina la celebración también incluye la amistad.
A pesar de su origen ligado a la persecución de un sacerdote, el Día de San Valentín se transformó en una jornada de expresión de afecto. Ya sea con un regalo, una carta o un simple gesto de cariño, la fecha representa una oportunidad para demostrar cuánto se aprecia a los seres queridos.