¿Se trata de una nueva modalidad de poco adorno? O se relaciona con el bolsillo de los porteños. Entérate en esta nota porque los balcones aparecen casi sin adornos y los arbolitos cada vez tienen menos luces.
Un recorrido por la Ciudad de Buenos Aires, permite distinguir la escasez de adornos navideños y de colores éste año. Los barrios con mayores adornos son Recoleta, Belgrano y Retiro, mientras que barrios como Caballito, Flores o Almagro permanecen con pocas luces navideñas.
Una Ciudad que brillaba años anteriores en éstas fechas parecería estar dejando atrás esas costumbres. Los árboles de navidad de la Ciudad permanecen con los mismos adornos que el año pasado y no se han presentado muchas novedades éste año en arreglos navideños.
Las vidrieras de los locales de Avenida Corrientes no poseen la misma fuerza colorida que años anteriores. Las casa como Falabella y otras que se dedican a la venta masiva de elementos navideños, se quejan de que a pesar de las ofertas, poco menos del 20% accedió a innovar éste año el arbolito.
Quizá el ánimo de los porteños haya cambiado o tal vez se deba a compleja inestabilidad económica que vive el país con el ingreso de un nuevo presidente que plantea un cambio radical al Gobierno anterior.
Lo cierto es que pocas son las innovaciones éste año no sólo de parte del compromiso de las comunas sino también en los balcones, terrazas o lugares de acceso público.
Años anteriores las luces de colores, el adorno a árboles naturales poblaban la ciudad. El 8 de diciembre significaba un cambio de ambiente, una esperanza, un respiro de alegría para una ciudad avasallada por la inseguridad y el descontrol.
Uno de los barrio que mayormente sorprendió éste año por la austeridad a la que no nos tenía acostumbrados fue “La paternal”. Por lo general el recorrido por el barrio significaba en años anteriores encontrarse con verdaderos lujos navideños y balcones decorados con luces y personajes navideños alegres.
Los locales del barrio de Parque Patricios, se quejan de la compra éste año de adornos navideños. Incluso las vidrieras de locales comerciales en la zona parecen no estar viviendo la navidad.
El microcentro porteño, era considerado años anteriores la New York de América. Éste año las innovaciones alrededor del obelisco fueron pocas y la carencia de colores se sintió.
Las encandilantes luces de la Florida porteña no ofrecieron grandes modificaciones éste año al contrario de lo que se esperaba. Todos los años, esa parte de la Ciudad de Buenos Aires es el epicentro de los adornos navideños las luce y los colores. Quienes recorren sus calles reconocen el olor de la navidad de lejos, sin embargo éste año hasta la mágica florida se mostró apagada.
¿Se estará perdiendo el verdadero sentido de la tradicional ¿ navidad o es que los porteños prefieren cuidar la economía?Lo cierto es que la navidad parece no haber llegado a Buenos Aires.