LOS BIFES

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MOSAICOS PORTEÑOS
Por Luís Alposta *

La deformación que les damos a algunas de las palabras inglesas, que terminamos adoptando, responden, por lo general, a la necesidad de arrimarlas fonéticamente a los sonidos que nos son familiares. Al cantito nuestro de cada día.
Así, high life pasó a ser jailaife; cowboy  combói; jumper devino en chomba y sandwich en sánguche.

La palabra que nos ocupa, beefsteak, castellanizada como bistec, entre nosotros se reduce a bife, el que puede ser de costilla, angosto o ancho; de chorizo; a caballo, si es que viene con dos huevos fritos; a medio caballo si viene con uno, o, simplemente, a la plancha.

El bife, el que si está bien cocido y además hay ragú, pasará automáticamente a ser un bifacho.
El que va más allá de los platos y origina el ir o el irse a los bifes, con el significado de lanzarse precipitadamente sobre una ocasión favorable, de apresurar una gestión. El que también equivale a cachetada, sopapo, golpe dado en la cara con la mano abierta, y eso, tal vez, por cruce con la palabra bofetada o por la marca roja -comparable al color de la carne cruda- que se deja en el rostro.
Y aquí, vienen a cuento, una vez más, aquellos versos de Celedonio Flores que dicen:

Los bifes, los vecinos me decían,
parecían aplausos, parecían,
de una noche de gala en el Colón. **

**“Biaba” Milonga – Canta Edmundo Rivero
Letra ; Celedonio Flores – Música: Edmundo Rivero
*diciembre 2012, con autorización el autor