Recordando a Manuel Savio

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PERSONALIDADES DE NUESTRA HISTORIA FRECUENTEMENTE OLVIDADAS EN LOS MANUALES ESCOLARES-

Ricardo Lopa nos ofrece hoy el relato sobre uno de los mayores impulsores del industrialismo en nuestro país cuyo recuerdo es en esta hora casi una obligación. Se refiere el historiador a:

MANUEL SAVIO

Manuel Nicolás Aristóbulo Savio, nació en 1892 y falleció el 31 de julio de 1948. Es considerado el padre de la siderurgia.

Es sin duda una figura poco ortodoxa y adelantada a su tiempo. Habló de industrializar el país cuando ese concepto era poco menos que una utopía que rondaba las cabezas de unos pocos estrategas políticos civiles y militares.

No había cumplido los diecisiete años, el 3 de marzo de 1909, cuando ingresó al Colegio Militar de la Nación. Cubrió el escalafón militar desde el egreso de subteniente en 1910 hasta alcanzar el grado de general de división el 31 de diciembre de 1946.

En la década del 20 Manuel Savio pasó tres años en Europa. En los centros del poder económico e industrial de la época, aprendió y asimiló lo suficiente como para traer a la patria los conocimientos de inteligencia práctica indispensables para llamar a la realidad a esa juventud dorada de la belle época, que tiraba al techo la manteca –y otros artículos de importancia básica- producto del fértil campo argentino.

Desde el regreso de Savio, los cuadros jóvenes de las Fuerzas Armadas empezaron a tener conciencia de los valores estratégicos difundidos por quien era ahora profesor de metalurgia y explosivos del Colegio Militar y del servicio de ingenieros y organización industrial y militar.

En 1930 Savio, ya mayor del ejército, el 6 de noviembre crea la Escuela Superior Técnica. Tres años más tarde, el incansable propulsor de la industrialización siderúrgica publicó su obra “Movilización industrial”, exposición del contenido de las clases por él dictadas en el Colegio. Por esos años Savio presidía la comisión de estudio para la instalación de la fábrica militar de pólvora y explosivos y la de racionalización de equipos radioeléctricos. El 11 de mayo de 1938 elevó a la dirección general de material del Ejército su primer proyecto de ley para la creación de lo que sería posteriormente Fabricaciones Militares.

La incansable prédica de Savio y sus reclamos oficiales dentro de la institución castrense le valieron un nuevo éxito: el 9 de octubre de 1941 se promulga la ley 12.709 por la cual se establecía la Dirección General de Fabricaciones Militares, de la que Savio fue primer presidente.

En 1942 escribe “Política argentina del acero.

A comienzos de 1943 se autorizó el establecimiento de los altos hornos de Palpalá y el 11 de octubre de 1945, Savio tuvo la satisfacción de asistir, en la primera acería del país (Zapla) a la primera fundición de arrabio argentino.

En 1944 escribe Política de la producción metalúrgica argentina y Conceptos que fundamentaron el proyecto de la ley de fabricaciones militares.

El 26 de julio de 1946 el entonces presidente Perón y su ministro Sosa Molina rubricaron el proyecto de Savio sobre Plan Siderúrgico Nacional y lo elevaron al Senado. El proyecto se convirtió en ley de la Nación el 13 de junio de 1947, con el número 12.987. Semanas después, el 31 de junio, el decreto 22.315 crea SOMISA (con emplazamiento en San Nicolás), segunda acería argentina, cuyo directorio fue presidido por Savio.

Postulados de la Ley Savio de 1947

  • Producir acero en establecimientos privados, estatales o mixtos utilizando minerales y combustibles argentinos y extranjeros en la proporción que resulte más ventajosa.

  • Suministrar a la industria nacional de transformación y terminado, acero de alta calidad, a precios aproximados a los que rigen en los centros mundiales de producción.

  • Fomentar la instalación de plantas de terminado y transformación que respondan a las exigencias del más alto grado de perfección técnica.

  • Asegurar la evolución y el ulterior afianzamiento de la industria siderúrgica argentina.

Por aquella época, la Argentina era centro de presiones por parte de una de las potencias industriales del momento. La coyuntura internacional motivó una campaña en contra de Savio, que éste soportó estoicamente. Entre otras especies se habló del capricho por parte de un argentino extravagante y petulante que eligió San Nicolás por el solo hecho de haber sido jefe de guarnición allí alguna vez ¡o incluso por llamarse Nicolás! La historia no tarda en disipar brumas y años después, el general José María de Olano diría: “El trabajoso esfuerzo de San Nicolás coincidió con una sorda lucha de yankis contra la industria pesada argentina”

Savio fue de aquellos visionarios que, a fines de la década del treinta, advirtieron el nuevo realineamiento mundial y el papel de la Argentina tendiente a lograr su segunda independencia.

El ilustre militar planteó claramente a través de su ideario y su acción pública, la necesidad de crear y desarrollar una economía independiente que diera a la Argentina posibilidades de autonomía económica frente a los grandes centros de decisión mundiales.

Savio también estaba abocado a la preparación de un plan que permitiera la producción de caucho natural y sintético en el país, y otro para fomentar la explotación de materia primas mineras, cuando la muerte lo sorprendió en plena actividad, en 1948, a los 56 años. Con su desaparición menguó sensiblemente el impulso que supiera dar a la siderurgia.

BIBLIOGRAFÍA: “Todo es Historia” nros. 124 (Scarone, Hugo) y 158 (Corbiere, Emilio). “Colección Conflictos y Armonías”. Scenna Miguel A. Los Militares, p.219