Gastronomía porteña: su secreto mejor guardado.

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La gastronomía porteña combina misticismos, tradición y cocción secreta donde el protagonismo lo tienen los condimentos, las carnes semi-cocidas, y las verduras salteadas. En esta nota te contamos porque gusta tanto y como disfrutarla.

La gastronomía argentina es muy variada pero su base fundamental es la carne condimentada en sus diferentes variedades.

Los bodegones antiguos forman parte de la cultura gastronómica argentina. Cada una de ellas tiene su estilo particular de cocción de canes, aderezos y ensaladas que le otorgan el toque distintivo al lugar.

Lidera la lista de preferencias porteñas a la hora de sentarse a la mesa, la parrillada. Costillas de cerdo, chinchulines, chorizos y pollo asado son algunas de sus variantes.

La condimentación es infaltable y le da el toque final. Más picante, salsa criolla, o el infaltable chimichurri son solo algunas de las formas qu tienen los expertos de darle un toque distintivo a la carne.

A pesar de que todos tienen sus particularidades a la hora de preparar estos condimentos, el sabor no puede diferir demasiado.

Cada lugar tiene sus particularidades. Algunos prefieren los coquetos restaurantes de Palermo mientras que otros sienten con más plenitud la esencia de la mesa porteña en los bodegones de barrio.

Uno de los grandes atractivos de la Ciudad de Buenos Aires es su gastronomía. Quizás sea este el motivo por el que se intenta busca diferentes alternativas a la cocción típica.

Uno de los comodines más interesantes que orece la Ciudad son sus infinitos bodegones y parrillas para todos los gustos. Y estilos.

Los bodegones son la síntesis porteña de las corrientes migratorias más importantes que llegaron a la ciudad, la italiana y la española. Aquí se comen buenos platos de pasta, “minutas” (platos que se hacen en minutos: argentinísimas milanesas, supremas en diversas preparaciones, papas fritas o al horno), algunos platos a base de mariscos y pescados e, infaltable, una selección de cortes de carne a la parrilla.

Este tipo de sitios abundan en la Ciudad y los precios suelen variar dependiendo del barrio en el que estén ubicados.

Los viejos restaurantes llevan muchos años de existencia lo que suman un plus en experiencia y en calidad no solo para los argentinos que visitan el lugar sino también para la gran cantidad de visitantes extranjeros.

Una reciente encuesta de un sitio de internet menciona que una de las preferencias porteñas es cenar afuera.

Las parrillas, sin embargo son el equivalente porteño de las steakhouses norteamericanas: la estrella indiscutida es la carne, que se acompaña con papas fritas o “ensalada mixta’ (de tomate y lechuga).

Buenos Aires es una ciudad de inmigrantes y cada comunidad que vino trajo, entre sus costumbres, su cocina. Toda esta creciente migratoria mezclo sus costumbres en una tierra nueva como la nuestra y eso significo nuestro presente gastronómico.

Variado, colorido, basado en la mezcla de un mismo sabor.