La ola de calor en el Área Metropolitana de Buenos Aires deja a miles sin suministro eléctrico. El sistema energético sigue siendo puesto a prueba mientras los usuarios claman respuestas.
La ola de calor que azota al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en estos días de enero ha puesto en jaque al sistema eléctrico de la región, dejando a más de 70.000 usuarios sin luz. A lo largo del miércoles y la madrugada del jueves, los cortes de energía se extendieron por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y sus alrededores, generando un clima de incertidumbre y malestar entre los habitantes del territorio porteño. Según el último informe del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), más de 40.000 usuarios de Edesur y más de 3.100 de Edenor se encontraban sin servicio a las 17 horas, cifra que continuó aumentando durante la jornada.
El origen de este apagón masivo se encontró en un incendio que afectó a un túnel de cables de media tensión en Parque Avellaneda, uno de los puntos más críticos del apagón. Este incidente no solo interrumpió el servicio eléctrico en la zona, sino que también generó un foco de preocupación en medio de la creciente demanda energética. “El incendio en los cables de media tensión fue controlado rápidamente por los Bomberos Voluntarios, quienes intervinieron de manera eficaz”, informó una fuente oficial.
En cuanto al impacto del siniestro, una vez que las llamas fueron sofocadas, los técnicos comenzaron a evaluar los daños en los equipos eléctricos con el objetivo de restablecer el suministro en la mayor brevedad posible. Sin embargo, la alta demanda energética, sumada a la inestabilidad de la red, complicó las tareas de recuperación.
Según los datos de Cammesa, la administradora del mercado eléctrico mayorista, a las 17 horas del jueves, la demanda energética alcanzó los 26.723 megawatts (MW), una cifra que pone de manifiesto el enorme desafío al que se enfrenta el sistema eléctrico argentino. Si bien el récord histórico de 29.653 MW de febrero de 2024 no se alcanzó en esta ocasión, la presión sobre la red es clara. Además, las altas temperaturas —que llegaron a los 36°C en varias zonas del AMBA— continúan elevando la demanda de electricidad, especialmente para el uso de aires acondicionados y otros electrodomésticos.
En tanto, la desconexión de localidades como Rosario y áreas del sur de la provincia de Santa Fe contribuyó a aliviar parcialmente la carga sobre el sistema eléctrico, al reducir el número de usuarios en la red. “En algunas zonas del sur de la provincia se registraron cortes debido a fallas en transformadores del sistema nacional”, explicó Cammesa en su último informe.
Los cortes de energía no solo afectan la vida doméstica de los residentes de CABA, sino también el funcionamiento de comercios y servicios esenciales. Entre los barrios más afectados se encuentran Flores, Floresta, Mataderos, Parque Avellaneda, Vélez Sarsfield, Villa Crespo y Villa Luro, entre otros. Los testimonios de los usuarios reflejan el descontento generalizado ante la falta de información y las consecuencias del apagón. “Ya pasaron 13 horas y seguimos sin luz”, expresó una residente de Villa del Parque, mientras otro vecino compartía un video del incendio que generó la interrupción del suministro.
La situación también obligó a tomar medidas adicionales, como la intervención de agentes de tránsito para organizar la circulación vehicular en zonas donde los semáforos dejaron de funcionar debido a los apagones.
La situación no muestra señales de mejora inmediata, y los expertos pronostican que las altas temperaturas seguirán presionando el sistema eléctrico durante las próximas horas. Según Cammesa, para la jornada del jueves se prevé que la demanda de energía continúe siendo crítica, con temperaturas que rondarán los 36°C en el AMBA. En este contexto, se esperaba que el consumo eléctrico pudiera superar el récord histórico, aunque los últimos datos indicaron una leve moderación en la demanda.
Además, el Comité de Seguimiento de Implementación del Plan de Contingencia para los meses críticos de 2024-2026, integrado por representantes de Cammesa, el ENRE, generadoras y distribuidoras, sigue monitoreando la situación con el fin de coordinar respuestas rápidas ante posibles contingencias.
La combinación de un verano sofocante, una demanda energética sin precedentes y la fragilidad de la infraestructura eléctrica continúa siendo una bomba de tiempo para el sistema energético argentino. Si bien las empresas responsables, como Edesur y Edenor, están trabajando para restablecer el servicio, los cortes recurrentes y la falta de soluciones definitivas generan creciente malestar entre los usuarios. En tanto, la previsión de más altas temperaturas en los próximos días deja entrever que la situación podría seguir empeorando, poniendo a prueba una vez más la resistencia del sistema eléctrico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y sus alrededores.
