La Ciudad rindió homenaje al líder espiritual con una misa masiva, una vigilia y una peregrinación por los espacios donde dejó su huella como arzobispo.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires despidió con una emotiva misa al Papa Francisco, quien falleció a los 88 años el pasado 21 de abril. La ceremonia tuvo lugar frente a las escalinatas de la Catedral Metropolitana y contó con la presencia del Jefe de Gobierno, Jorge Macri, funcionarios nacionales, 70 delegaciones diplomáticas, más de 300 sacerdotes y miles de fieles que se acercaron bajo la lluvia para honrar la memoria del líder espiritual que nació y vivió en el barrio de Flores.
En un discurso cargado de emoción, Jorge Macri expresó: “Buenos Aires se despide de un porteño común que pasó a ser un líder mundial extraordinario. El padre Jorge fue el mismo Francisco que desde Flores, su barrio, nunca dejó de sentirse unido a esta Ciudad”. Asimismo, remarcó que el Papa fue “un gran impulsor del diálogo interreligioso entre católicos, judíos y musulmanes” y valoró su mensaje de inclusión y cercanía: “Nos enseñó que la diferencia nos une cuando somos capaces de observar con una mirada inclusiva, algo que nos convierte en mejores personas y mejores ciudadanos. Y también nos enseñó a abrazar”.
La misa fue presidida por el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, y tuvo entre sus asistentes al nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, y a figuras destacadas de la política nacional. Acompañaron a Jorge Macri su esposa, la periodista María Belén Ludueña; la vicejefa de Gobierno, Clara Muzzio; la legisladora María Eugenia Vidal; el jefe de Gabinete porteño, Gabriel Sánchez Zinny; la Directora General de Cultos, Pilar Bosca; así como ministros y secretarios del Ejecutivo local.
En tanto, el Jefe de Gobierno optó por permanecer en la Ciudad para acompañar a los vecinos durante la despedida, mientras que en representación oficial ante las exequias realizadas en el Vaticano asistieron el Secretario General y de Relaciones Internacionales, Fulvio Pompeo, y la presidente del Consejo de Niñas, Niños y Adolescentes, Victoria Morales Gorleri.
Desde Roma, Pompeo afirmó: “Vinimos en representación de la Ciudad para celebrar el enorme legado de Francisco, es el porteño que humildemente llegó a todo el mundo comprometido con los demás, de incansable trabajo por la paz. Desde Buenos Aires lo despedimos con orgullo y gratitud”. Por su parte, Morales Gorleri, quien trabajó junto al entonces arzobispo Jorge Bergoglio durante una década, señaló: “Argentina le dio al mundo un gran líder espiritual. Me llena de esperanza que se pueda conocer la maravilla del Papado de Francisco, que nos marca un norte como humanidad. Es un Papa que nos habló a todos como humanidad”.
Tras la misa, se realizó una peregrinación por los espacios emblemáticos que marcaron la vida pastoral del pontífice en su tiempo como arzobispo. El recorrido incluyó la Casa Mama Antula, Constitución, los hospitales Borda, Tobar y Rawson, el Hogar de Cristo en la sede San Alberto Hurtado y la parroquia Virgen de Caacupé. Desde la madrugada, cientos de personas participaron de una vigilia en la Catedral, con velas, cánticos y banderas que contrastaban con el cielo nublado y lluvioso, mientras esperaban el homenaje local y seguían el funeral que se desarrollaba en simultáneo en la Plaza San Pedro.
En señal de duelo, el Gobierno porteño decretó siete días de luto y desplegó una serie de homenajes simbólicos: hasta el lunes se proyecta un mapping en el Obelisco y varios edificios emblemáticos como la Torre Monumental, el Planetario y el Monumento a los Españoles se iluminan con los colores blanco y amarillo del Vaticano.
En tanto, para perpetuar la memoria del Papa Francisco, Jorge Macri envió a la Legislatura de la Ciudad un proyecto de ley elaborado en conjunto con el Arzobispado local para que la estación “Catedral” de la Línea D del subte se llame “Catedral – Papa Francisco”.
