El Instituto de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (IDECBA) informó que en el tercer trimestre de 2024, la pobreza en el territorio porteño afectó al 28,1% de la población, lo que equivale a 868.000 personas. Aunque esta cifra representa una mejora intertrimestral con 121.000 porteños menos en condición de pobreza, aún supera en 70.000 personas los niveles registrados en el mismo período de 2023.
El estudio destacó que la pobreza alcanza al 22,1% de los hogares de la Ciudad, mientras que la indigencia afecta al 11% de la población, equivalente a 341.000 personas. A pesar de la mejora respecto al segundo trimestre de 2024, la incidencia de la pobreza e indigencia sigue siendo alta en comparación con años previos, marcando un contexto social desafiante.
El informe evidenció una disminución intertrimestral por segundo período consecutivo, con 54.000 personas saliendo de la pobreza en el segundo trimestre y 76.000 menos en indigencia. Sin embargo, en la comparación anual, la pobreza aumentó en 28.000 hogares y 70.000 personas. El organismo indicó que estas cifras son las más altas desde 2015 para un tercer trimestre, igualando niveles de 2020, en plena pandemia.
“El 33% de los hogares en pobreza no pueden costear una canasta básica de alimentos, y entre los pobres, los indigentes representan el 39,1% de las personas”, detalló el estudio.
La pobreza afecta gravemente a los menores de edad, con un 42,6% de niños y adolescentes viviendo en hogares pobres, un aumento respecto al año pasado. Además, los sectores más afectados incluyen los hogares del sur de la Ciudad (35%) y aquellos con niños menores de 14 años (35,6%).
Por otro lado, los hogares con adultos mayores en situación de pobreza registraron una incidencia menor, del 16,7%, lo que contrasta con el promedio general.
El ingreso per cápita promedio en hogares indigentes es de $88.571, mientras que en hogares pobres no indigentes es de $233.033. Según el informe, sería necesario transferir $302.151 en promedio a cada hogar pobre para que superen esa condición, lo que refleja una brecha de ingresos del 36,7% respecto a la canasta básica total.
En cuanto a los sectores no pobres, el IDECBA señaló una reducción significativa de los estratos acomodados, que ahora representan solo el 6,4% de la población, marcando un mínimo histórico. Unos 101.000 porteños de sectores altos descendieron en la pirámide de ingresos, mientras que el sector medio también experimentó una leve reducción.
Si bien los indicadores muestran una leve mejora en el corto plazo, los niveles de pobreza e indigencia siguen siendo preocupantes en la Ciudad. La combinación de factores económicos y sociales plantea desafíos significativos para reducir estas cifras y mejorar las condiciones de vida de los sectores más vulnerables.