Todos algunas vez comimos un pancho. Alejado del modelo clásico se reinventan y vuelven con fuerza a imponerse en las esquinas de algunos barrios. Comida al paso, urbanismo puro.
Los panchos clásicos son parte del menú obligatoria que al menos una vez en la vida tuvimos que probar.
Salchichas, pan y aderezo fueron la oferta de los 90 en la mayoría de los locales de FoodFast.
Hoy los panchos se ritualizaron y se innovan formas de preparación y terminado que cada vez gustan más.
Las papas pays son el invento de la modernidad y parte de la innovación. Las salsas especiales, con gustos picantes o chimichurri son la variante.
Tradicionalmente la salchicha era una de las comidas rápidas más consumidas junto a la hamburguesa. Asociada a la rapidez y al poco glamor la buena noticia es que esta asociación también cambio con el paso del tiempo.
Hoy los restaurantes más sofisticados de la Ciudad de Buenos Aires la incluyen entre sus recetas más cool y gourmet y forman parte de la carta del día con glamor.
Salchichas con panceta, caseras semi ahumadas también se incluyen entre las delicias que se ofrecen.
Más allá de las innovaciones, en la ciudad y alrededores aún se encuentran algunas pancherías clásicas que mantienen las tradiciones de antaño: salchichas con pan calentito y esponjoso; y salsas con recetas familiares que pasan de generación en generación.
Los lugares de mucho movimiento como el caso de microcentro porteño suelen tener locales con muchos años de antigüedad que nunca dejaron de apostar a la tradición.
Los oficinistas solían hacer largas colas al mediodía para poder degustar algunos con mostaza casera o mayonesa a la manteca. Fueron los mismos los que perpetuaron el éxito de las clásicas salchicha.
La tradición nació en 1955 de la mano de Manuel Ángel Corrales, que aunque era asturiano lo llamaban “El Gallego”. En sus comienzos el único negocio en la Ciudad de panchos al paso era de el. Una especie de almacén donde vendían quesos, fiambres, sándwiches de jamón crudo y tortilla, pero a Corrales se le ocurrió comenzar a ofrecer panchos y el éxito fue inmediato.
Originalmente el local estaba ubicado en las antiguas Galerías Pacífico y en 1980 se trasladó a Florida 860 al fondo de la Galería del Sol. Desde hace 63 años que mantienen una fórmula sencilla: pan artesanal de la panadería vecina, salchicha tipo alemana con tripa de cordero y la mostaza casera con algunos secretos. “A la panchería vienen mucho los abuelos con sus nietos y también los padres con sus hijos. Somos un clásico y nuestro secreto es mantener las tradiciones de siempre sin cambiar de productos ni de proveedores”, dice Alejandro Corrales, hijo de Manuel y quien actualmente está al frente del negocio. En los últimos años se aggiornaron y agregaron algunas salsas como la: “Chamadela” con morrones, zanahorias y repollo al vinagre, una de pepinos y la criolla, pero los clientes prefieren optar por las opciones más clásicas.