Juicio por Once

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Los hechos son fuertes, las pruebas sólidas.

El fiscal federal Federico Delgado presentó el pedido de juicio oral y público para los ex Secretarios de Transporte de Nación, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi. Ambos, como al resto de los ex funcionarios procesados, están acusados de ser “cómplices” de la tragedia ferroviaria que dejó 51 muertos. El fiscal federal Federico Delgado presentó el miércoles 23 de enero de mañana el pedido de juicio oral y público para los ex Secretarios de Transporte nacional Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi (en funciones al momento del accidente ferroviario). Los dos están a la par de las acusaciones de de los ex funcionarios procesados, es decir, están señalados por el hecho de ser “cómplices” de lo ocurrido el 22 de febrero de 2012, siniestro que dejó 51 muertos y más de 700 heridos en la estación cabecera del Sarmiento. Delgado atribuyó a los ex funcionarios la calidad de “cómplices” a raíz de las omisiones en el control del destino de los subsidios estatales para el funcionamiento de la red ferroviaria nacional. La presentación del fiscal también alcanzó a los ex titulares de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte Pedro Ochoa y Antonio Sícaro; y Antonio Luna, ex Subsecretario de Transporte ferroviario. “Es evidente la complicidad de los funcionarios”, consignó el escrito. A todos ellos los acusó por los delitos de estrago culposo y administración fraudulenta, este último en virtud del mal manejo que tuvieron los subsidios que recibió TBA por parte del Estado Nacional, los cuales- según detalló- entre 2003 a 2010 fueron de 1.924.625.755,67 pesos. “Los hechos son fuertes, las pruebas sólidas, la instrucción fue impecable. El juicio, por tanto, debería fluir hacia la aspiración del preámbulo de la Constitución Nacional resumido en la fórmula ‘afianzar la justicia'”, argumentó al respecto Delgado, quien presentó la requisitoria de juicio 48 horas antes de que se vencieran los plazos procesales. De acuerdo a la visión del fiscal, la tragedia no se produjo antes sólo por una cuestión fortuita, ya que concluyó que la circulación del tren estuvo “siempre abrazada a los vientos de la fortuna que el 22 de febrero cambiaron de dirección”. En otro apartado, Delgado reveló un dato que no se había hecho público con demasiada intensidad: en siete años, de 2003 a 2010, fluyeron fondos estatales hacia la concesionaria del tren siniestrado por casi dos millones de pesos. Asimismo, el fiscal se refirió con estas palabras a la gravedad de la situación: “Los trenes perdían sus prendas y nadie los arropaba, quien debía arroparlo no invertía ni arreglaba nada ¿por qué? Por la connivencia de quienes debían custodiar la integridad del armario y su contenido que miraban para otra parte”. Casi un año atrás, el 22 de febrero a las 8:33 de la mañana la formación N° 3772 del Ferrocarril Sarmiento no alcanzó a frenar y en consecuencia chocó contra el final del andén en la estación de Once. Debido al fuerte impacto, 51personas fallecieron entre hierros retorcidos o camino al hospital. De los 1200 pasajeros viajaban a bordo del tren en plena hora pico de aquel miércoles, aparte de las víctimas fatales, 700 resultaron heridas, casi la mitad del contingente. Ante el desastre, los familiares y amigos —tal como en otras tragedias, como la de Cromañón— comenzaron a reunirse y evocar cada 22 el siniestro con un pedido firme de justicia. Para el primer aniversario anual, el mes próximo, habrá un encuentro en Plaza de Mayo, donde habrá grupos musicales que en gesto de solidaridad acompañarán el recuerdo de los seres queridos de los 51 muertos en Once.