Salir a la Vereda

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Una costumbre maravillosa, que fuimos perdiendo, por la inseguridad… entre otros factores no tan graves, como la permanente conexión a la pantalla del televisor…etc

Si hasta tenemos que mirar la hora para sacar los residuos a la calle en el conurbano…

Porque salir a la puerta “a tomar aire” como decía mi querida Abuelita Rosa, era una práctica cotidiana, que nos acercaba, reunía, integraba, privilegiando por sobre todas las cosas el compartir y la solidaridad.

Como protagonista de juegos interminables en la vereda, de cientos de vueltas a la manzana montada en mi bici verde super sport, disfruté tanto junto con amigas y vecinitos…tanto, que aún me recuerdo en esas tardes infinitas de primavera y verano, donde hasta el aire nos pertenecía…

También nuestros papás sacaban sus sillas plegadizas, reposeras, ó el simpático banquito, el equipo de mate, ó la “sidrita” bien helada dispuestos a iniciar una terturlia que no tenía horario de cierre.

Así transcurrián los días felices, simples, alegres, y en comunidad, hasta que un día con las primeras y sangrientas entraderas todo terminó…

Lo demás, lo conocen bien: rejas hasta en el baño, sistema de alarmas interconectadas, cámaras en zonas críticas…botones antipánico, etc…La justificación de lo injustificable…

El tiempo transcurre, y como nada es eterno, una esperanza cruzó el horizonte celeste y blanco de nuestra República. Y como soy de los que creen que siempre hay buenas noticias, Agostina y Damián, (25 y 27 años respectivamente) encabezan una muy bienvenida iniciativa que a poco de abrir la página en Facebook, la convocatoria de “Volver a la Vereda”, contó con 304 mil invitados, 25 mil asistentes, en tanto, otros 32 mil ciudadanos expresaron su interés en participar por medio de la red social.

La idea es que se repita, la excusa puede ser el mate, las tortas fritas recién salidas del sartén…El motivo estar juntos, reconocernos a través del diálogo, y compartir lo mejor de cada uno de nosotros. La recuperación del espacio público llamado veredas, que fueron, son y seran de los vecinos, las familias, la comunidad toda es un hecho auspicioso que enriquece y da nueva vida a la Democracia.

¡Muchas Gracias Agostina y Damián!