Porque el querido barrio siempre recuerda, sobre todo a quienes, como en el caso de Aníbal Lomba, desarrollaron una intensa y permanente actividad educativa, cultural dedicada a elevar la calidad de vida de su gente.
La cita fue el sábado cuatro de junio minutos después de las once. ¿El lugar? Cómo no podía ser de otra manera, la emblemática esquina, cuna de la identidad “Boedense”. Así fue que desafiando a la lluvia y al invierno porteño anticipado, un nutrido grupo de familiares y amigos se reunieron para homenajear a quien, entre otros puestos de relevancia, se desempeñara como el Presidente de la Junta de Estudios Históricos de Boedo.
La obra fue desarrollada por el artista plástico Xavier Barrera Fontenla en alrededor de seis meses. Sus dimensiones permiten que pueda ser apreciada también a distancia. El material elegido fue el bronce que donaron miembros de la Junta, socios rotarios y algunos vecinos. Su dimensión es de 75 cm de alto, por 60 de ancho y 45 cm de espesor.
Luego de los aplausos que dieron paso al descubrimiento del busto, llegó el momento de los discursos. La apertura estuvo a cargo de Silvia Martínez, actual titular de la JEHB, luego fue el turno del representante del Rotary de Boedo/San Cristóbal, Angel Abramovich, a continuación Roberto Zatelli Gran Maestro de la Orden del Lengue, Mario Bruno, Director/Editor del Periódico “Nuevo Ciclo” 30 años de trayectoria en Boedo, Marcela su adorada hija y por último, el creador de la escultura, Xavier Fontenla.
Cada mensaje lleno de emoción y gratitud, coincidía en resaltar los valores que hacen a la Amistad y a los logros que son posibles, sólo cuando existen iniciativas claras, ganas de hacer y trabajo en equipo.
Un sábado para el recuerdo entre amigos del querido Aníbal Lomba, que a partir de ahora, ¡se mudó a avenida San Juan y Boedo! ¡Qué más se puede pedir!