Merecido homenaje a un grande, Juan de Dios Filiberto

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Oscar Juan de Dios Filiberti, nació un 8 de marzo de 1885. El entrañable barrio de La Boca fue el escenario que lo vio nacer, crecer y desarrollarse. Entre otras obras de su creación se destacan: Caminito, Re Fa Si, Quejas de Bandoneón, Palomita Blanca, Clavel del Aire, Quinquela, El Esquinazo, Desde el Alma, Derecho Viejo, piezas fundamentales en el universo de nuestra música emblema nacional con proyección mundial.

Concurrió a la escuela hasta los nueve años, su conducta le impidió continuar. Comenzó a trabajar. Aprendiz en varios oficios, cadete de comercio, a los trece, catorce años sus pares ya lo respetaban por su carácter. Más tarde, se desempeñó como estibador en el puerto.

Con un grupo de amigos anarquistas fundan un grupo musical, “Orfeón Los del Futuro” .

Se desempeña como ayudante de maquinista en el Teatro Colón. Allí descubre, a través de la “Novena Sinfonía”, a Ludwing Van Beethoven, al que define como “Su Dios Musical”.

A los veinticuatro años, se inscribe en el conservatorio. Estudia violín, teoría, solfeo, armonía y obtuvo una beca para concurrir al establecimiento de educación musical dirigido por el maestro Alberto Williams donde aprende guitarra, piano y contrapunto.

De acuerdo con los estudiosos de su producción artística, fue el creador de la llamada “canción porteña”, capaz de fusionar el suburbio con el campo.

Su primera composición “Guaymallén” la realizó para un grupo de amigos en Mendoza, a donde viajó por prescripción médica.

En 1932, tuvo Orquesta propia, incorpora instrumentos como la flauta, armonio y clarinete.

En 1933, forma parte del elenco de nuestra primera película comercial sonora “Tango”, donde también aparece dirigiéndola con su personalísimo estilo.

En 1938, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires inaugura la Orquesta de Arte Folklórico y le ofrecen la conducción.

Diez años después de su partida física, 11 de noviembre de 1964, a su memoria nace la Orquesta Nacional de Música Juan de Dios Filiberto.

Defensor de los derechos autorales, fue socio fundador de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música, SADAIC.

“Mi música es muchas cosas juntas, pero sobre todo sentimiento”, solía decir Filiberto…Y como el sentimiento, la memoria unida al reconocimiento no tienen fecha de vencimiento, a través del cariño y la tenacidad de un grupo de vecinos de La Boca, la casa del Artista ubicada en Magallanes 1140, que cuenta con un mural del gran Quinquela en la entrada, podra ser expropiada para recrear allí un Museo Casa Homenaje a Filiberto. Iniciativa a la que también quisieran incorporar una escuela de música.

Una muy buena noticia, ojalá consiga todo el apoyo para convertirse en realidad.