El ícono porteño por excelencia fue inaugurado un 23 de mayo de 1936, en homenaje al cuarto centenario de la fundación de Buenos Aires. Ubicado en pleno corazón de la plaza de la República, en la esquina de las avenidas Corrientes y 9 de Julio, su diseño se debe al arquitecto Alberto Prebisch.
Cabe destacar que en una primera etapa, estuvo recubierto por roca calcárea de San Luis, pero que luego, debido a las vibraciones del subterráneo, y a los continuos desprendimientos, se optó por retirarla y pintar la superficie con latex.
Con motivo de su cumpleaños número ochenta, de la inauguración de las obras realizadas para darle “una lavada de cara” y potenciar la iluminación, el Gobierno de la Ciudad lanzó por Facebook una convocatoria para subir los 67,5 metros. Quince mil personas respondieron, luego se hizo un sorteo, del cual surgieron ochenta elegidos para emprender la subida de la escalera interior compuesta por 206 escalones con siete descansos cada ocho metros. También fueron seleccionados ochenta suplentes.
Debido al mal clima, la actividad se llevará a cabo el próximo lunes ocho de agosto. Los participantes estaran provistos de arneses de seguridad y subiran de a dos ó de a tres. El ascenso comenzará a partir de las ocho de la mañana y durante todo el día, seguido de cerca por integrantes del SAME y de Defensa Civil. Se estima que se podra disfrutar de la vista panorámica por espacio de dos minutos.
Las tareas de pintura ya finalizaron, ahora se trabaja intensamente en la nueva luminaria que fuera donada por la empresa Philipps.
El nuevo sistema lumínico incluye tecnología que permitirá la proyección de juegos de luces con variedad de colores y de intensidades sobre la superficie de nuestro querido Obelisco, el que se espera poner en marcha el ocho del mes próximo.
La utilización de luces LED significa el ahorro de más del cincuenta por ciento de energía.