El sector de audiología del Hospital de Clínicas José de San Martín del barrio de Recoleta, realizó un estudio que confirma que ocho de cada diez residentes porteños, refieren haber padecido alguna afección auditiva debido a la contaminación sonora en el Distrito porteño. Los principales problemas que se presentan a causa del ruido en la ciudad son, zumbidos, sensación de oído tapado, disminución de la sensibilidad auditiva, fatiga, estrés, problemas digestivos, alteración del sueño, e irritabilidad. En tanto, las consecuencias negativas del ruido ambiental en nuestra audición dependen de su duración, frecuencia e intensidad del estimulo.
El ruido en el Distrito porteño se convierte en un contaminante ambiental que pone en riesgo la salud auditiva de sus habitantes. La Organización Mundial de la Salud, considera a la contaminación acústica de las grandes urbes, como la contaminación que provoca más alteraciones para la salud, después de la contaminación atmosférica. El informe realizado por el Hospital de Clínicas revela que el 84% de los porteños considera que el ruido afectó negativamente la calidad de vida, el 85% en el estado de ánimo y el 87% en la salud física. Se estima que un ciudadano promedio tendrá problemas auditivos a partir de los 50 años. La OMS aconseja que los niveles de ruidos durante el día no superen los 55 decibeles y los 40 decibeles durante la noche, para prevenir efectos nocivos para nuestra salud. En varias zonas de la Ciudad de Buenos Aires, los niveles de ruido superan los 75 decibeles.
Los inconvenientes por el exceso de ruidos, es la cuarta causa de preocupación de los vecinos de la Ciudad, y más de la mitad asegura que les afecta en sus ciclos de sueño, que son el paso inicial para una serie de padecimientos psíquicos. El Distrito porteño es considerado una de las diez ciudades más ruidosas del mundo, la mayoría de los ruidos provienen del tránsito, especialmente en las grandes avenidas. Por otra parte, la ciudad tiene la Ley 1540, que regula la contaminación acústica. Se trata de la única jurisdicción del país que cuenta con una normativa destinada a prevenir, controlar y corregir la contaminación sonora. En tanto, la Agencia de Protección Ambiental (APrA), es la encargada de realizar los estudios de mediciones de ruidos y monitoreos correspondientes.